Evernia prunastri, conocido como musgo del roble, es un líquen fruticuloso que crece sobre la corteza de árboles como robles y pinos en bosques templados y boreales. Su talo es ramificado y aplanado, con una parte superior verde grisácea y una inferior blanquecina. Desempeña un papel ecológico fundamental y actúa como bioindicador de la calidad del aire, ya que es sensible a la contaminación y prospera en ambientes limpios. En el suelo, contribuye a la formación de materia orgánica al descomponerse, liberando nutrientes esenciales que enriquecen el sustrato y favorecen el crecimiento de otras plantas. Su presencia en los ecosistemas forestales ayuda a mantener el equilibrio ecológico y la biodiversidad.
◼ Antonio Jordán López
Evernia prunastri: el bailarín en la brisa
La siguiente imagen muestra un ejemplar del líquen Evernia prunastri sobre la mano de mi sobrino, el jovencito aficionado a la naturaleza Jesús Aguilar Dié. Jesús está muy interesado en plantas, setas, animales, y geología, y no hay piedra donde no se suba.
Evernia prunastri, comúnmente conocido como musgo del roble, es un líquen fruticuloso que prospera en bosques templados y boreales. Prefiere la corteza de los robles, aunque también puede encontrarse en otras especies de árboles caducifolios y coníferas.
¿Y cómo es él?
Evernia prunastri tiene un aspecto muy característico, con lóbulos ramificados en forma de cinta, verdes en la parte superior y blanquecinos en la inferior, y muy ramificado. Se fija a la corteza de los árboles por un único punto. Su textura varía según la humedad: seco y quebradizo en condiciones áridas, suave y flexible cuando está húmedo.
Esta diferencia en color y textura es consecuencia de la distribución de las células fúngicas y las del alga, así como de su respuesta a la humedad ambiental. La estructura del talo se organiza en capas: una corteza superior protectora, una zona donde se concentra la red de algas fotosintéticas, seguida de una médula más laxa que facilita la acumulación y movimiento del agua.
Evernia prunastri es un excelente ejemplo de simbiosis. Los líquenes se forman mediante la unión de dos organismos muy diferentes: un hongo (micobionte) y un alga verde (fotobionte). En esta asociación, el hongo proporciona la estructura protectora de la desecación y el sustrato en el que se aloja el alga, mientras que ésta, a través de la fotosíntesis, genera los carbohidratos (azúcar) que nutren a ambos. Es precisamente esta interacción la que permite a Evernia prunastri sobrevivir en ambientes donde los recursos pueden ser limitados, demostrando una notable eficiencia en el aprovechamiento del agua y los nutrientes disponibles.
Ni plantas ni animales, los líquenes son una extraña combinación de hongos y algas y solo juntos fueron capaces de superar la enorme hostilidad de una Tierra tan árida. Pero fueron más que pioneros. Fueron revolucionarios. Al propagarse, sus diminutos filamentos ayudaron a romper las rocas, creando así el primer suelo real. Y preparando el camino para que las plantas lo conquistaran todo.
Morgan Freeman. La vida en nuestro planeta: invasores de la tierra (Steven Spielberg, 2023).
A nivel molecular, la comunicación entre los socios es sutil y compleja. Además de proporcionar la estructura física del organismo simbiótico, el hongo segrega compuestos que actúan como señales químicas, incitando al alga a modificar su actividad metabólica e incluso a reorganizar su estructura celular para potenciar la fotosíntesis.
A su vez, el alga envía metabolitos que ayudan a modular el crecimiento y la respuesta del hongo ante estímulos externos. Este intercambio de señales y recursos permite que ambos organismos ajusten su fisiología a las fluctuaciones ambientales y a condiciones de estrés, como la exposición a radiación ultravioleta o la sequedad prolongada.
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Ejemplar del líquen Evernia prunastri sobre la corteza de una encina en la Sierra Norte de Sevilla. Antonio Jordán/Imaggeo. |
Desde el punto de vista ecofisiológico, Evernia prunastri es un organismo poiquilotrófico, lo que significa que no puede regular su contenido interno de agua, de modo que la cantidad de agua que contiene puede variar muchísimo en función de la disponibilidad en el ambiente. Cuando está húmedo, sus procesos metabólicos se reactivan, pero cuando está seco, entra en un estado de latencia que le permite resistir períodos desfavorables.
Además, la producción de metabolitos secundarios -como el ácido evérnico, entre otros compuestos químicos- no solo le sirve de defensa frente a posibles herbívoros y patógenos, sino que también cumple una función protectora ante la radiación ultravioleta. Estos compuestos, en ocasiones, tienen importancia comercial, como es el caso de su uso en la industria de la perfumería, pero también son esenciales desde el punto de vista ecológico.
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Estructura molecular en 3D del ácido evérnico. |
Más allá de su peculiar apariencia, Evernia prunastri desempeña un papel ecológico fundamental. A medida que se descompone, libera nutrientes en el suelo, enriqueciéndolo y favoreciendo el crecimiento de otras plantas. Este proceso de reciclaje natural y lento ayuda a mantener los ecosistemas forestales. Además, el musgo de roble es un reconocido bioindicador: su presencia o ausencia puede revelar los niveles de calidad del aire. Como es muy sensible a la contaminación, prospera en entornos limpios.
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Evernia prunastri sobre una rama cerca de Woffelsbach (Alemania). Björn S/Flickr. |
¿En qué lugar se enamoró de ti?
La reproducción en Evernia prunastri se efectúa de dos maneras: sexual y asexual. En la reproducción sexual, el hongo produce estructuras llamadas apotecios (estructuras reproductivas en forma de copa), donde se generan estructuras llamadas "ascas" que contienen ascosporas. Sin embargo, en la práctica, es muy frecuente la formación de esclerocios (estructuras duras, compactas y de forma irregular que se forman a partir del micelio de los hongos) o soredios (estructuras asexuales que fabrican los hongos que participan en líquenes, que contienen hifas del hongo y células del alga). Estos soredios se dispersan fácilmente mediante el viento o la lluvia, permitiendo al líquen colonizar nuevos sustratos manteniendo la simbiosis intacta. Este mecanismo asexual resulta especialmente ventajoso en entornos donde las condiciones cambian rápidamente y se requiere una rápida colonización.
¿A qué dedica el tiempo libre?
Curiosamente, también es muy apreciado en la industria de la perfumería. Cosechado en los bosques europeos, se utiliza como fijador en fragancias, especialmente en las familias olfativas Fougère y Chipre. Su aroma terroso y amaderado aporta profundidad a los perfumes, convirtiéndolo en un ingrediente codiciado en composiciones de alta gama.
La próxima vez que veas este pequeño y fibroso líquen, recuerda que está transformando silenciosamente el mundo bajo él.
Preguntas para pensar un poco
¿Qué otros líquenes conoces?
¿Dónde has visto líquenes en tu entorno?
¿Los has visto en paredes o construcciones?
¿Cómo dirías que es de grande la contaminación en los sitios en que has visto líquenes?
¿En qué lugares de la naturaleza has visto líquenes?
¿Qué funciones ecológicas desempeñan los líquenes?
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