Los líquenes son organismos formados por la simbiosis entre un alga y un hongo, permitiéndoles colonizar diversos ecosistemas, incluso aquellos con condiciones extremas. El alga realiza fotosíntesis y proporciona nutrientes al hongo, que a su vez libera ácidos orgánicos para solubilizar minerales y proteger al alga. Gracias a esta relación, los líquenes desempeñan un papel crucial en la colonización primaria y la formación del suelo.
¿Qué son los líquenes?
Los líquenes son el resultado de la relación simbiótica entre un alga y un hongo. Están presentes en casi todos los ecosistemas conocidos. Son capaces de adaptarse a un rango muy amplio de ambientes así como a condiciones climáticas extremas.
Por separado, los dos tipos de organismo que se unen en el líquen (alga y hongo) no podrían colonizar estos sistemas, pero la relación entre ellos sí lo permite.
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Morfología del apotecio (estructura reproductiva) de un líquen. |
El alga puede obtener carbono mediante fotosíntesis y, cuando las cianobacterias están presentes en la relación, nitrógeno atmosférico mediante procesos de fijación. Una vez que sus requerimientos de estos dos nutrientes están satisfechos, el alga cede el excedente al hongo en forma de glicitoles, glucosa o nitrógeno fijado.
Por otro lado, el hongo "ataca" a la roca mediante la liberación de ácidos orgánicos, lo que contribuye a la solubilización de nutrientes minerales que pueden pasar al alga. El hongo ancla el alga al sustrato, proporciona protección frente a la desecación y mayor capacidad de absorción de agua.
Para que se produzcan estos intercambios, el hongo debe ser capaz de "penetrar" de alguna manera en las células del alga, lo que consigue mediante haustorios. Los haustorios son un tipo de hifa (las fibras que forman el tejido de los hongos) que se adhiere a la pared de las células vegetales y las envuelve, aumentando así el área de superficie en contacto entre ambos.
Los líquenes son colonizadores
De esta forma, el liquen puede colonizar ambientes demasiado secos y pobres en nutrientes para el alga y demasiado pobres en carbono para el hongo, ambientes donde otros organismos no pueden hacerlo. Por esta razón, los líquenes juegan un papel importante en la colonización primaria, la alteración de la roca (en las primeras fases de la formación del suelo) y el ciclo de los elementos en la naturaleza.
Al crecer sobre superficies rocosas y secas, los líquenes contribuyen a la formación del suelo. A medida que se descomponen, liberan ácidos orgánicos que descomponen las rocas, liberando minerales y nutrientes en el proceso. Este proceso es fundamental para crear un sustrato adecuado para otras plantas.
Del mismo modo, los líquenes son a menudo los primeros organismos que colonizan áreas devastadas, como ocurre tras incendios forestales, erupciones volcánicas o glaciares en retroceso. Su presencia no solo indica la calidad del medio ambiente, sino que también crea condiciones propicias para el establecimiento de otras plantas y organismos.
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