El color [rojo] que cayó del cielo

La terra rossa

El término “terra rossa” proviene del latín y significa “suelo rojo” o “tierra roja”. Aunque existen suelos rojos en otros lugares del mundo (como algunos suelos volcánicos), la terra rossa posee algunas características peculiares y es común en áreas con climas de tipo mediterráneo. En breve, el mediterráneo es un clima templado, con alternancia de inviernos suaves y lluviosos con veranos secos y calurosos; tanto el otoño y como la primavera son variables tanto en temperaturas como en precipitaciones. Las zonas de clima mediterráneo incluyen, desde luego, la cuenca mediterránea (sur de Europa, norte de África y la costa occidental de Oriente Próximo). Pero también incluye parte de la costa occidental de América del Norte (California), América del Sur (Chile), Sudáfrica (áreas próximas a Ciudad del Cabo) y parte de las costas sur y suroccidental de Australia (como Perth y Adelaida).


Perfil de terra rossa en São Brás de Alportel (Portugal). A. Jordán-Imaggeo. Más detalles.


Kynes: Seguid la luz. Encontraréis un tóptero listo para despegar. Esa tormenta es vuestra mejor baza. Por encima de los 5000 metros es básicamente polvo. Elevaos hasta esa altura. Mantenéos por encima. Dirigíos al sur. Encontrad a los fremen.

Jessica: ¿No venís con nosotros?

Kynes: Solo hay sitio para dos. Iré a la siguiente estación e informaré de este ataque al Landsraad.

Jessica: ¿Cómo?

Kynes: Soy fremen. El desierto es mi hogar. 

Kynes (Sharon Duncan-Brewster) y Jessica (Rebecca Ferguson), “Dune” (Denis Villeneuve, 2021).


La terra rossa es un suelo pesado y rico en arcilla (arcilloso limoso a arcilloso), de color rojo intenso, a menudo desarrollado sobre materiales calcáreos. Es una forma coloquial de referirse a suelos clasificados dentro de los Rhodustalfs (pero también otros subórdenes incluidos en Alfisoles, Inceptisoles, Mollisoles y Ultisoles de la Taxonomía de Suelos del USDA) , Chromic Luvisols (pero también otros tipos de suelo dentro de Cambisoles, Luvisoles y Phaeozems en la clasificación WRB) o suelos rojos fersialíticos modales (clasificación francesa).


Izquierda: perfil de suelo rojo en Jalón (Alicante), J. Mataix-Solera/Imaggeo; más detalles. Centro: perfil de suelo rojo, J. Mataix-Solera/Imaggeo; más detalles. Derecha: perfil de suelo rojo en la Sierra de Algodonales (Cádiz), A. Jordán/Imaggeo. Más detalles.


Desde el punto de vista de estas clasificaciones taxonómicas, se trata de suelos con un perfil bien desarrollado, con una alta proporción de arcillas. El agua de lluvia solubiliza los carbonatos y los desplaza en profundidad. Cuando los carbonatos han desaparecido de los horizontes superiores, la arcilla puede movilizarse, de forma que la lluvia desplaza ahora a la arcilla a través de los poros y grietas del suelo hacia abajo. De ese modo, poco a poco, se va concentrando en un horizonte a cierta profundidad que, como consecuencia, se va haciendo cada vez más impermeable. Cuando este horizonte es muy impermeable, puede ser incluso resistente al paso de las raíces, por lo que el espacio que las plantas pueden usar para buscar nutrientes puede verse limitado.


Perfil de terra rossa en São Brás de Alportel (Portugal). A. Jordán/Imaggeo. Más detalles.


El prefijo “rhod” en el término Rhodustalfs (en la Taxonomía de Suelos del USDA) o el determinante “chromic” en Chromic Luvisols hacen referencia precisamente al color rojo característico de estos suelos. Con las tablas Munsell para la descripción de colores del suelo en la mano, se dice que un suelo es rhódico si presenta al menos un horizonte subsuperficial con un matiz Munsell de 3.5YR o más rojizo y un brillo en húmedo de menos de 3.5. Dicho de otra forma: de rojo a rojísimo. Este color rojo es el resultado de la alteración química de la arcilla, que libera hierro. Bajo climas áridos o semiáridos como el mediterráneo, en un ambiente oxidante (bien aireado, no como en los suelos que se encharcan con facilidad), el hierro se oxida rápidamente, enrojeciendo el material del suelo.


Perfil de suelo rojo cerca de Santañy (Mallorca), durante la 29 Reunión de la Sociedad Española de la Ciencia del Suelo. A. Jordán/Imaggeo. Más detalles.


A lo largo del tiempo, se ha intentado explicar la formación de la terra rossa mediante diversas teorías. Una de las tradicionalmente aceptadas sostiene que la arcilla roja acumulada provendría del residuo insoluble de la caliza. Según esto, tras la disolución del carbonato de calcio por la lluvia, la arcilla contenida en los sedimentos de caliza se mezclaría con otras sustancias insolubles o fragmentos de roca, formando capas residuales discontinuas de profundidad variable. Bajo condiciones de oxidación, aparecerían óxidos de hierro, lo que le daría su característico color rojo. Según esta teoría, la terra rossa sería un suelo relicto poligénico, formado durante el Terciario y expuesto a períodos cálidos y húmedos durante el Cuaternario. Algunas cosas, sin embargo, no encajaban del todo. Dada la lentitud del proceso de disolución de la caliza, por ejemplo, la profundidad de algunos de estos suelos parecía haber requerido cantidades de tiempo extraordinariamente largas.


Suelos rojos sobre calizas en el Cerro del Hierro (Sevilla). A. Jordán/Imaggeo. Más detalles.

En otras ocasiones, se ha sugerido que el hierro y el aluminio podrían haber “ascendido” desde el lecho rocoso a través del agua capilar.

Hoy en día, sabemos que la acumulación de residuos por la disolución de la caliza puede ocurrir, pero resulta que la terra rossa, en concreto, no está solamente ligada a la presencia de calizas. Más bien, aparece en zonas relativamente próximas de otras muy concretas, como áreas áridas y semiáridas. Los análisis mineralógicos, el tamaño de las partículas o la composición isotópica han mostrado que el origen de muchos suelos rojos, incluso aquellos que existen sobre rocas calizas, no es compatible con su localización. Esto sugiere que los suelos rojos mediterráneos se habrían comenzado a formar hace entre 12000 y 25000 años, a partir de sedimentos transportados por el viento a largas distancias. Esta antigüedad es mucho menor que la de otros suelos calizos.


Polvo sahariano depositado por la lluvia sobre una mesa en Xanthi (Grecia). K. Kourtidis/Imaggeo. Más detalles.


Así que comenzó a tomar forma una idea entre genial y alocada: ¿y si el suelo rojo hubiese sido transportado desde otro lugar y depositado aquí? Según los edafólogos, la fuente principal sería, efectivamente, material transportado por el viento, material eólico. En el caso de la Península Ibérica y otras zonas de la cuenca Mediterránea, la principal fuente de este material sería el desierto del Sáhara, en el norte de África. En otras zonas con clima mediterráneo del mundo se han identificado otras fuentes similares. La acumulación de material y el desarrollo de los suelos rojos mediterráneos habría ocurrido entre el Mioceno y el Plioceno superior.


Suelo rojo con interdigitaciones sobre roca caliza cerca de Rosal de la Frontera (Huelva). A. Jordán-Imaggeo. Más detalles.


Las cantidades de tiempo “extraordinariamente largas” que habrían sido necesarias para formar las acumulaciones de sedimentos rojos tan profundas que pueden verse en la caliza en ocasiones, se deberían a que los sedimentos facilitarían la infiltración de agua, que contribuiría a la disolución de la caliza y la profundización de las lenguas de arcilla en la roca.

En realidad, ninguna de estas teorías puede considerarse rechazada. Más bien, la idea general actual es que, aunque localmente puede ser más importante uno u otro proceso, todos actúan a la vez junto con la redistribución del material una vez depositado.


La lluvia de barro que crea el suelo

La lluvia de barro es un fenómeno meteorológico peculiar y es la responsable de la acumulación del material que origina la terra rossa. Ocasionalmente afecta a España y a otras regiones del mundo con climas similares. Este fenómeno se caracteriza por la precipitación de partículas de polvo fino y arena suspendidas en el aire que se mezclan con las gotas de lluvia y caen al suelo, tiñendo todo de tonos ocres y terrosos.


Cuando llegué a las colinas y valles para acotar los terrenos destinados a la nueva alberca, me dijeron que el lugar estaba embrujado. Esto me dijeron en Arkham, y como se trata de un pueblo muy antiguo lleno de leyendas de brujas, pensé que lo de embrujado debía ser algo que las abuelas habían susurrado a los chiquillos a través de los siglos. […] Luego vi con mis propios ojos aquellas cañadas y laderas, y ya no me extrañó que estuvieran rodeadas de una leyenda de misterio.

H.P. Lovecraft. “El color que cayó del cielo” (1927).


Las causas de la lluvia de barro están vinculadas a varios factores. En primer lugar, las tormentas de arena en el norte de África, especialmente en el desierto del Sáhara, pueden ser intensas. Estas tormentas levantan grandes cantidades de polvo y arena en la atmósfera, que son transportadas por los vientos hacia el norte y el noreste, llegando a alcanzar la Península Ibérica.

Cuando estas partículas en suspensión se encuentran con sistemas de lluvia, las gotas de agua actúan como imanes, atrayendo las partículas de polvo a medida que caen al suelo. Este proceso resulta en la lluvia de barro, donde el agua de lluvia está cargada con sedimentos, tiñendo superficies, automóviles y edificaciones con un tono rojizo o marrón.

Este fenómeno puede afectar la calidad del aire y la salud de las personas, especialmente para aquellos con problemas respiratorios. Además, la lluvia de barro puede causar problemas logísticos y de limpieza en áreas urbanas y rurales, requiriendo esfuerzos adicionales para mantener las infraestructuras y los espacios públicos limpios y funcionales.


La terra rossa y la agricultura

A pesar de su contenido arcilloso, los suelos rojos suelen tener buen drenaje debido al fuerte desarrollo de su estructura, lo que permite su uso agrícola (especialmente, viticultura). Se secan superficialmente en verano, pero el alto contenido en arcilla permite una gran capacidad de almacenamiento de agua en profundidad.


Suelos bajo olivar cerca de Arcos de la Frontera (Cádiz). A. Jordán/Imaggeo. Más detalles.

La terra rossa, con su distintivo color rojizo debido a la alta concentración de hierro, desempeña un papel crucial en la agricultura en las regiones donde se encuentra. Este tipo de suelo es especialmente prominente en la región mediterránea y es conocido por su alta fertilidad y capacidad para soportar una variedad de cultivos. A medida que exploramos el papel de la terra rossa en la agricultura, es importante entender las características únicas de este suelo y cómo beneficia la producción de alimentos.

Una de las características más destacadas de la terra rossa es su riqueza en nutrientes para las plantas. La alta capacidad de intercambio catiónico de este suelo permite que retenga minerales como calcio, magnesio y potasio, fundamentales para el crecimiento saludable de las plantas. Además, se trata de suelos relativamente porosos, lo que permite la circulación del aire y el agua, proporcionando un ambiente óptimo para el desarrollo de las raíces de las plantas.

En regiones con climas mediterráneos, donde los veranos pueden ser calurosos y secos, la capacidad de retención de agua de la terra rossa es especialmente valiosa. El suelo puede almacenar agua durante períodos de sequía y liberarla gradualmente a las plantas, asegurando así un suministro constante de agua incluso durante los momentos más secos del verano. Esta capacidad de retención de agua no solo beneficia a los cultivos, sino que también ayuda a conservar este recurso vital en áreas propensas a la escasez de agua.

Aunque retiene la humedad, permite que el exceso de agua se drene adecuadamente, evitando el encharcamiento que podría dañar las raíces de las plantas. Esta combinación de capacidad de retención de agua y buen drenaje crea un ambiente equilibrado para el crecimiento de los cultivos, promoviendo la salud de las plantas y aumentando la productividad agrícola.


Izquierda: suelo rojo cultivado cerca de Los Palacios y Villafranca (Sevilla); más detalles. Derecha: muestra del perfil de suelo; más detalles. A. Jordán/Imaggeo.

En términos de cultivos, la terra rossa es adecuada para una amplia variedad de plantas. Desde olivos y viñedos hasta tomates y hortalizas, los agricultores han aprovechado la fertilidad de este suelo para cultivar una gama diversa de productos agrícolas. En general, la terra rossa tiene un efecto positivo en el aroma de los vinos tintos Los vinos producidos en regiones con suelos rojos a menudo son estimados por su calidad y carácter distintivo.

La Denominación de Origen Priorat, situada en la provincia de Tarragona, Cataluña, es conocida por sus viñedos plantados sobre terra rossa. Este suelo rojizo y arcilloso proporciona condiciones ideales para el cultivo de uvas de alta calidad, especialmente de las variedades tintas Garnacha y Cariñena, que son emblemáticas de esta región vinícola. Además del Priorat, se pueden encontrar pequeñas áreas de terra rossa en otras regiones vinícolas de España, pero su presencia no es tan generalizada como en otras partes del mundo con este tipo de suelo.

Comentarios