El coche, el capitalismo y los adjetivos molones
El coche, aunque inicialmente concebido como un avance tecnológico para facilitar la movilidad, se ha convertido en un símbolo y motor del capitalismo que influye decisivamente en el diseño urbano y el estilo de vida contemporáneo. La mayoría de las personas posee uno o más vehículos, pese a una conciencia ambiental creciente que no siempre se traduce en cambios sustanciales. El capitalismo utiliza el "ecologismo" para abrir nuevos mercados a través del greenwashing, manteniendo el protagonismo del coche incluso en sus versiones "ecológicas". Esto ha generado ciudades diseñadas para priorizar el automóvil, lo que afecta la calidad de vida y el medio ambiente. Aunque existen alternativas como el transporte público o la movilidad activa, su desarrollo se ve limitado por la infraestructura y los intereses económicos, planteando la necesidad urgente de repensar el urbanismo y la movilidad hacia modelos más sostenibles y humanos.
◼ Antonio Jordán López
¿Es posible vivir sin coche en la era del capitalismo?
¿Para quién se diseñan las ciudades?
Casi todo el mundo tiene coche
Mis padres tenían coche. Tengo dos hermanos que tienen tres coches. La mayoría de mis amigos tienen coche. Algunas parejas que conozco tienen dos coches. O coche y moto. O dos coches y dos motos. Por fortuna, tengo muchos amigos, pero menos de los que puedo contar con los dedos de una mano no tienen coche. Yo no tengo coche. Vamos, por no tener, no tengo ni carnet.
Pero todo el mundo usa el coche para cualquier cosa.
Se me ocurrió una buena idea: debería llevar a Miriam a algún lugar muy especial, arrancarla durante unas horas del ambiente acostumbrado para que recibiera otras impresiones. Tomaríamos un coche y daríamos un paseo.
Gustav Meyrink. El Golem (1915).
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| Atasco de cochecitos en miniatura. Guisval/Wikimedia Commons. |
Mi pareja tenía coche cuando nos conocimos, pero ha acabado deshaciéndose de él después de descubrir los autobuses y los patinetes. Yo trabajo a 10 km de mi casa y ella a 15. Que seamos felices los dos sin coche es algo que a las personas les suele extrañar. También es cierto que en nuestro caso es una opción que nos podemos permitir, no todo el mundo puede.
Capitalismo y ecopostureo
Todos mis amigos tienen conciencia social y abiertamente ecologista. Algunos de ellos con un empeño notable, admirable y muy coherente. Quizá yo sea el menos ecologista de ellos. Esto es personal, pero el “ecologismo” me parece un invento más del capitalismo, una especie de engaño o sublimación de la conciencia del impacto ambiental. Podría matizar lo que digo añadiendo que tengo más conciencia de clase que ecologista, aunque esto necesitaría explicaciones que me llevarían más tiempo de escritura del que me apetece en este momento. Como los lectores de este blog ya están acostumbrados, aprovecho para colar una cita de una de mis películas favoritas:
Neo: ¿Por qué estoy aquí?
Arquitecto: Tu vida solo es la suma del resto de una ecuación no balanceada, connatural a la programación de matrix. Eres el producto eventual de una anomalía que a pesar de mis denodados esfuerzos no he sido capaz de suprimir de esta armonía de precisión matemática. Aunque sigue siendo una incomodidad que evito con frecuencia, es previsible y no escapa a unas medidas de control que te han conducido inexorablemente hasta aquí.
Neo: No ha respondido a mi pregunta.
Arquitecto: Muy cierto. Interesante. Eres más rápido que los otros. Matrix es más antiguo de lo que crees. Yo prefiero datarlo desde que aparece una anomalía integral hasta que surge la siguiente, en cuyo caso esta sería la sexta versión.
Neo: Sólo hay dos explicaciones. O nadie me lo dijo o es que nadie lo sabe.
Arquitecto: Exacto. Como sin duda estarás reduciendo, la anomalía es sistémica y por eso crea fluctuaciones hasta en las ecuaciones más simplistas.
Neo: Elección, el problema es la elección.
Arquitecto: El primer Matrix que diseñé era casi perfecto, una obra de arte, preciso sublime un éxito sólo equiparable a su monumental fallo. Su ineluctable fracaso se me antoja ahora como una consecuencia de la imperfección inherente a todos los humanos. Por eso lo rediseñé, y lo basé en vuestra historia para reflejar con exactitud las extravagancias de vuestra naturaleza. A pesar de ello, tuve que afrontar otro fracaso. Entonces comprendí que la respuesta se me escapaba porque requería una mente inferior o, por lo menos, no tan limitada por los parámetros de la perfección. Quien dio con una respuesta de un modo fortuito fue otro programa intuitivo, que yo había creado en principio para investigar ciertos aspectos de la psique humana. Si yo soy el padre de Matrix, ella es, sin duda alguna, su madre.
Neo: El Oráculo.
Arquitecto: ¡Por favor! Como decía, descubrió una solución, según la cual el 99% de los individuos aceptaba el programa mientras pudieran elegir, aunque únicamente lo percibieran en un nivel casi inconsciente. Aunque esta solución funcionó, presentaba un importante defecto de base, con lo cual generaba una contradictoria anomalía sistémica que, de no regularse, podría poner en peligro el propio sistema. Ergo, si no se regulaba a aquellos que rechazaban el programa, aunque fueran una minoría, constituiría una creciente probabilidad de desastre.
Neo: Se está refiriendo a Sión.
El Artquitecto (Helmut Bakaitis) y Neo (Keanu Reeves) en Matrix (Lilly Wachowski y Lana Wachowski, 1999).
Así que, parafraseando al Arquitecto, "si el capitalismo que arrasa con vidas humanas y el planeta que lo habitan es Matrix, Sión es, sin duda, el ecologismo". El problema es que el capitalismo nos ha puesto nombre a los ecologistas y, por lo tanto, ya sabe como manejarnos y cómo hacer green-washing a todo, lo que no es más que una forma de abrir cuotas de mercado. El problema es... la elección.
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| Cartel de la petrolera Chevron con el texto "Granja de árboles Chevron. Sigamos creciendo. Un esfuerzo comunitario. En colaboración con el Consejo de Silvicultura Urbana de Luisiana", ubicado en un parque arbolado. Se trata de un ejemplo claro de greenwashing al mostrar el respaldo ambiental de una empresa conocida por su historial contaminante. Javacolleen/Flickr. |
El caso es que, como decía, casi todos mis amigos tienen
coche. Y como tienen conciencia ecologista comparten disquisiciones
interminables sobre el uso de tecnologías alternativas aplicadas al
funcionamiento de sus coches. Que si motores de diésel o gasolina, que si
híbridos, eléctricos, de hidrógeno, de energía solar, combustiblesalternativos y no sé cuántas cosas más.
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| El profesor Fate (Jack Lemmon) y el Gran Leslie (Tony Curtis) en un fotograma de La carrera del siglo (Blake Edwards, 1965). |
A veces, mis amigos también critican mi desacuerdo con el ecologismo (lo que tiene un poco de postureo, en realidad me tengo por ecologista). Pero, curiosamente, lo hacen todos los que tienen coche (o dos coches; o coche y moto; o dos coches y dos motos). Pero yo no tengo coche. Siempre me he movido en bicicleta (y la arreglo aquí; publicidad gratis para Edu). Al llegar a la cincuentena, me he permitido el lujo de un patinete eléctrico que alterno con la última bicicleta que no me han robado. A lo largo de los años me han robado un patinete, cuatro bicis y, una vez, el sillín, ¡crucemos los dedos! No pasa nada, tranqui, tronqui.
Es posible vivir sin CO₂, pero…
Pues, como decía, no tengo coche. Por razones de trabajo, a veces uso coche. Coche que conduce otr@, no yo, porque no tengo ni carné. Aunque me enseñaron a conducir un Land Rover para poder salir de situaciones apuradas en mis travesías de campo por lugares alejados de la civilización, el CO₂ que emito al trasladarme suele ser el de mi respiración. A veces cojo el metro, un taxi o el autobús. . Una vez, un alumno se ofreció a llevarme a casa desde la Escuela de Agronomía en su Jaguar (y acepté, 😉; en esa época no había metro y tardaba una hora en autobús en volver a casa). También he viajado en avión, mucho por trabajo y algo por placer, nunca para menos que cruzar un continente o un océano. Pero mis emisiones anuales de CO₂ están muy cerca de cero.
…todos necesitamos un coche
No tener coche no me ha impedido tener una vida plena. Trabajo en lo que me gusta y tengo la suerte de que no me es imprescindible tener coche. Pero todo el mundo no tiene esa suerte. Y, además, tiene sus inconvenientes no tener coche. Imagina que tienes una persona cercana ingresada en un hospital en otra ciudad. Imagina que debes asistir a un funeral en una ciudad a la que no llega el autobús (no digamos el tren o el avión). Imagina que tienes un amigo, familiar o pareja en prisión (¿sabéis lo que tiene que hacer alguien de Sevilla que no tenga coche para visitar a un familiar en la cárcel de Sevilla-II?).
La visita semanal de alguien del exterior se convierte en el mayor aliciente de los internos. Y eso es mucha responsabilidad para los familiares, que, después de una semana agotadora, tienen que invertir casi todo un día para 45 minutos de cara a cara. Porque muchos de los que visitan la cárcel cada semana no disponen de vehículo propio o de dinero suficiente para costear el viaje si no es en transporte público.
Y no todos los centros penitenciarios están bien conectados. De hecho, hay algunos a los que no llega ningún medio de transporte público. Por ejemplo, el único modo para ir a la prisión de Herrera de la Mancha, con una población reclusa de unos 400 internos, es el coche. Lo mismo sucede con la prisión de Logroño y el centro de Sevilla II, a 80 kilómetros de la capital andaluza, con la cárcel de Albacete y la de Segovia, por citar algunos ejemplos.
Hay dos autobuses para llegar hasta la cárcel de Valdemoro, en Madrid. Uno es el 412 y deja en la carretera M-506; el otro el 414, a las puertas de la prisión, pero solo llega hasta ahí los fines de semana aunque su horario no coincide con el de las entradas y salidas de los familiares por lo que hay que esperar largas horas a que pase o bien caminar 1,9 kilómetros (26 minutos) por un camino hasta la parada. Otros optan por pagar un Uber o un taxi hasta Pinto, donde también para el bus y se encuentra la estación de tren de corta distancia más cercano. Los cerca de 15 euros que cuesta ese trayecto son un gasto inalcanzable para muchas de estas familias.
Patricia Peiró y David Expósito. Relatos de la cárcel: la condena de los que se quedan fuera. El País (11/08/2025).
Imagina que tienes que llevar un electrodoméstico estropeado al punto limpio. Y aquí es a donde quiero llegar: dejémonos de tonterías, todos necesitamos un coche. Porque el coche es el gran devorador del espacio urbano.
Fabricantes de coches 1 - Humanidad 0
El coche y la enmierdificación
El coche tiene sus ventajas. El coche es uno de esos inventos de la humanidad que al principio parece que vienen a solucionar un montón de inconvenientes y a acelerar el progreso (¡el progreso!) de la humanidad. Como el pan, como la penicilina, como el papel.
Pero tiempo después, todas estas cosas se revelan como instrumentos del capitalismo. Como la energía nuclear, como el gas pimienta, como la tele, como Amazon, como Uber, como X, como la IA. Es la mierdificación de la vida. Al final, estas cosas terminan no sirviendo para nada. Porque si hay coches, las ciudades se diseñan para los coches.
La enmierdificación puede afectar a cualquier cosa más allá de la tecnología y los servicios digitales, como a los coches, los tractores y, en general, a cualquier cosa en la que su responsable pueda llegar a pensar que no te está sacando el suficiente dinero. Aún así, en este blog me centraré en la tecnología y en servicios digitales, señalando víctimas de la enmierdificación y comparándolas con los remansos de calidad a los que todavía nos podemos retirar.
Gabriel Viso Carrera. Enmierdificación. GVISOC (09/04/2024).
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| Señor disfrutando del tráfico. Joseph Mietus/Flickr. |
Tu amigo chungo
- ¿Es suyo este coche, señor? - preguntó Arnie.
La pregunta no dejaba de ser un poco tonta. El "Plymouth" estaba aparcado en el jardín de la casita de la que había salido el viejo. El jardín era horrible, pero parecía algo con aquel "Plymouth" en primer plano para dar perspectiva.
- ¿Y qué si lo es? - preguntó el viejo.
- Yo... - Arnie tuvo que tragar saliva -, quiero comprarlo.
Stephen King. Christine (1983).
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| Arnie Cunningham (Keith Gordon) y el detective Rudolph Junkins (Harry Dean Stanton) conversan al lado de un Plymouth Fury rojo en una escena de la película Christine (John Carpenter, 1983). |
El coche se ha convertido en un vampiro sucio, desagradable (apárcalo, amig@) y, cada vez más, en algo poco moderno. Sin embargo, sigue asociado a la imagen de una humanidad que conduce feliz en los anuncios porque tiene wifi, tiene bluetooth, tiene USB, te carga el móvil, puedes sacar la mano por la ventanilla, puedes atontar a los niños con una consola o un DVD (incluso con Netflix) para que no molesten, puede tumbarse una tía buena en bikini sobre el capó, tiene diseño y colores muy bonitos y sirve hasta para decir que eres más rico que tu vecino. Puedes abrir el maletero pasando un pie por debajo si sales del supermercado cargado de bolsas, ¡puedes contratar un seguro!
El hecho de que todo eso sea una mierda en realidad parece importar poco. Porque las personas que viven de vender coches se han inventado conceptos como coche ecológico, coche eléctrico y cosas así. A veces pienso que el capitalismo es la industria del adjetivo molón.
¿Pero quién contamina? ¿Tu coche o tú?
Desde un punto de vista realista (que no es necesariamente pesimista), solo hay que saber un poco de geología para entender que el petróleo no se va a acabar. Se va a encarecer.
La gráfica siguiente muestra la producción de petróleo desde 1850 hasta 2024. Que baje la producción no depende solo de la cantidad que exista para poder ser extraída, es algo más complejo debido a muchos factores. Pero da una idea de por dónde van los tiros:
Por un lado, cuando resulte poco rentable la extracción de petróleo, seguirá estando ahí enterrado. Como el petróleo obtenible con técnicas convencionales no es eterno (esos chorros que ya salían de los pozos a finales del siglo XIX), ahora usamos otras, como el fracking.
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| En áreas donde la perforación de esquisto y la fracturación hidráulica son intensas, una densa red de caminos, tuberías y plataformas de pozos convierte bosques y pastizales continuos en islas fragmentadas. Bruce Gordon-Simon Fraser University/Flickr. |
Por otro, es evidente que el fin de la industria petrolera llegará, pero no necesariamente por el agotamiento de las reservas. No lo digo yo, lo dijo el jeque Ahmed Zaki Yaman (1930-2021), ministro de Petróleo de Arabia Saudita entre 1962 y 1986 y nada sospechoso de perroflauta: "la Edad de Piedra no terminó por falta de piedras y la Era del Petróleo no terminará por la falta de crudo". Con esto quiso decir que la transición energética, es decir, el abandono de los combustibles fósiles como el petróleo o el carbón, no se producirá por su escasez, sino por otros factores como el cambio climático y el desarrollo de fuentes de energía renovables.
Yamani indicó que creía que la importancia del petróleo en la economía mundial había disminuido: «Antes, solíamos usar el coeficiente energético. Por cada punto porcentual de aumento en la tasa de crecimiento, se producía otro aumento de un punto en el consumo de petróleo. Entonces, ese factor se convertía en 0,5 a 1. Pero en Europa, en el año 1999/2000, la tasa de crecimiento promediaba alrededor del 2,5% y la tasa de crecimiento energético era inferior a cero. En Estados Unidos, la tasa de crecimiento fue del 4,9%, con un aumento del consumo de tan solo unos 50.000 bpd».
El petróleo sigue siendo crucial, afirma. Pero el crecimiento de las energías alternativas y la exploración de nuevos yacimientos petrolíferos implica que su influencia disminuirá.
Oliver Morgan y Faisal Islam. Yamani fears world slump. The Guardian (14/01/2001).
Hoy, un cuarto de siglo después, estamos en las mismas, somos yonquis del petróleo:
Hasta ahora el desarrollo económico se ha sostenido sobre la producción de petróleo. Del mismo modo, los vaivenes financieros siempre han tenido su réplica en el mercado del crudo: el consumo cayó cerca de un 2% tras las crisis de 1973 y 2008 y hasta un 10% en 1980, cuando la guerra entre Iraq e Irán coincidió con la lucha de los bancos centrales para frenar la inflación, y durante la pandemia de coronavirus. En todas las ocasiones, la demanda de petróleo se recuperó de manera fulgurante.
Pero si el mundo quiere evitar que el planeta se caliente por encima de los dos grados con respecto a la temperatura previa a la Revolución Industrial, el crecimiento económico debe desacoplarse de manera definitiva del aumento de la producción de combustibles fósiles líquidos. El pico del petróleo, más que una suposición especuladora, se ha convertido en una cuestión de supervivencia.
Álvaro Merino. ¿Cerca del peak oil? Así ha crecido la producción de petróleo en el último siglo. El Orden Mundial (28/09/2023).
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| Contaminación atmosférica sobre Madrid. Konstantinos Kourtidis/Imaggeo. |
Y cuando sea muy caro, cuando como hace dos siglos vuelva a ser de verdad un lujo, se impondrán los coches eléctricos. Un coche eléctrico no contamina, pero fabricar coches eléctricos sí. Y solo cuando se invente una tecnología más barata, que permita fabricar coches menos contaminantes y mantener los beneficios de la industria, se fabricarán coches menos contaminantes. Pero si se descubre una fuente energética más barata, aunque sea más contaminante, volveremos a contaminar mucho. ¡Cantemos todos!
En el ciclo sin fin
que nos mueve a todos.
Y, aunque estemos solos,
debemos buscar
hasta encontrar
nuestro gran legado
en el ciclo.
El ciclo sin fin.
Táta Vega. Ciclo sin fin. En: El rey león (Rob Minkoff, Roger Allers, 1994).
De modo que, si de verdad tenemos conciencia social y/o ambiental, debemos hacer un acto de contrición y admitir que vivir contamina. La única salida digna es aprender a vivir usando menos el coche. Hay que desenseñar a desaprender cómo se deshacen las cosas, como decían los Electroduendes.
Claro, eso plantea otras necesidades como un mejor diseño de las ciudades (aunque el diseño “amable” de las ciudades tenga también sus riesgos), las comunicaciones, el transporte público, la educación y hasta la conciliación familiar. Pero eso es mucho más difícil de aceptar por el capitalismo.
¿Para quién se diseñan las ciudades?
Durante los últimos 60 o 70 años, el diseño urbano se ha esforzado en organizar las ciudades en función del coche y no de las personas. En lugar de ciudades para citarse, pasear, jugar y otras mil cosas, se han diseñado ciudades para atravesar en coche. Y cuando los coches saturaron las calles, se diseñaron avenidas con más carriles. Que se volvieron a saturar.
▶ Cómo las ciudades alteran el ciclo del agua
Una respuesta a la saturación de coches, al humo y al ruido es favorecer el uso de otros medios de transporte público (como el metro), privado (como la bicicleta) y la peatonalización progresiva de las ciudades. La peatonalización plantea algunos problemas. Puede peatonalizarse una amplia zona, pero no de cualquier uso. Hay muchas alternativas permanentes o temporales, pero de esto hay personas que saben mucho más que yo y, humildemente, me callaré aquí.
El problema principal del mal diseño urbano, más allá de los fallos que se presentan en las ciudades en sí, es que no satisface las necesidades básicas de la población y agrava la calidad de vida, por lo que ocasiona problemas en el bienestar físico y mental de las personas, así como en el entorno urbano. Por ende, empeora la habitabilidad de las ciudades.
Gudrun Palomino. Contra el mal diseño urbano. Ethic (27/05/2025).
Pero hay que pensar con ambición. En Hamburgo está previsto eliminar el coche completamente en 2034 y eso no significará que los hamburgueses no puedan ir al colegio o a trabajar. Madrid Central o las supermanzanas de Barcelona son también buenas ideas. Las vías peatonalizadas en Sevilla y otras ciudades no están mal.
Aunque no sin controversia. En Sevilla, de hecho, tenemos el ejemplo de la calle Asunción, cuyas obras de peatonalización se iniciaron en 2009 y duraron un año, generando una opinión en contra por parte de vecinos y comerciantes, jaleados por la prensa interesada (como siempre que se hace algo en mi ciudad, vecinos y comerciantes se oponen, eso no es noticia). Más tarde, como siempre, todo el mundo está contentísimo. No lo entiendo, pero como tampoco entiendo que el carril bici solo se pueda usar de noche (sí, de 22:00 h a 10:00 h), pues me callo. Pero dejo esto aquí:
"La bicicleta es el único límite a la expansión de los veladores, el único tope que tienen los hosteleros", que "por ahora" no se atreven a poner sus mesas en la plataforma reservada para los ciclistas. También aquí "prevalecen siempre los intereses de los comerciantes", como a su juicio demuestra que la decisión final en Luis de Morales se tomó tras una reunión entre sus representantes y el gobierno local. "Es absurdo que se haga el tranvía y se dejen los mismos carriles para los vehículos, hay que ser cateto para pensar que una ciudad es más moderna cuanto más coches tenga".
Antonio Morente. Los veladores le ganan al carril bici la batalla por las calles de Sevilla. El Diario (03/10/2024).
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| Carril bici para no perderse en Guadalajara. Guadaenbici/Flickr. |
La verdad, de los carriles bici ya mejor ni hablar.
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| No se puede negar que el Ayuntamiento de Sevilla arregla las cosas rápido, como demuestra el antes y el después de esta actuación urbanística sin muchas neuronas de por medio. ¿Problema? ¡Solución! Lo más divertido es que el lugar del árbol estaba marcado con pinturita blanca en el carril bici, por si algún ciclista despistado no se veía venir el impacto (a diferencia de varias decenas de árboles colocados en el mismo carril bici antes y después de ese arbolito, que no es ni el más grande). Avisado estaba. Fotografías de Triana Digital (esta y esta). |
¿Hay alternativas?
El transporte público ayudaría si fuese eficiente, barato (y no solo en términos de usuario) y poco contaminante (mejor nada que poco, pero mejor poco que mucho). Sin embargo, el propio diseño urbano hace que el transporte público no sea eficaz en ningún sitio.
Pensándolo bien, la infraestructura del transporte que se centra exclusivamente en trasladar personas y mercancías de un lugar a otro es una manera muy estrecha de pensar en la movilidad. Limita no solo nuestras opciones para desplazarnos, sino también sus beneficios potenciales. ¿Qué pasaría si pudiéramos ampliar esta visión, y las ciudades fueran diseñadas para una movilidad que ayudara a la gente a ser más feliz y a estar más sana?
Carolynn Daher. ¿Las ciudades pertenecen a los coches o a las personas? El País (21/09/2017).
Como en otros muchos asuntos, a veces es interesante experimentar a nivel local o personal. ¿Qué tal si piensas en no coger el coche un día a la semana? Quizá no puedas, porque vives en un barrio o ciudad mal diseñada o porque simplemente no puedes. ¿O sí que puedes?
No quisiera despedirme sin pedir disculpas a Pérez-Reverte por haber escrito “amig@” en lugar de “amigo/a”. No ha sido por economía del lenguaje, ha sido porque me hace gracia (😉).
Resumen
- Aunque muchas personas tienen coche, es posible vivir sin uno, aunque con limitaciones.
- El coche ha modelado nuestras ciudades y hábitos, desplazando a las personas del centro urbano.
- El capitalismo asimila y maneja el ecologismo mediante respuestas de marketing como el greenwashing o ecoimpostura.
- Tener conciencia ambiental no siempre implica coherencia entre discurso y práctica, pero sí un propósito continuo de mejora.
- No tener coche puede ser un acto político, pero también una cuestión de privilegio o necesidad.
- El automóvil, como muchas tecnologías, ha pasado de solución a problema estructural.
- La contaminación no se acaba con coches eléctricos si el modelo de movilidad no cambia.
- El diseño de las ciudades está sesgado: se prioriza el coche frente al bienestar ciudadano.
- Hay ejemplos exitosos de peatonalización y rediseño urbano, pero generan resistencias iniciales.
- Debemos repensar la movilidad para vivir mejor, con menos contaminación y más humanidad.
Preguntas para pensar un poco
¿Ves coches desde tu ventana?
¿Cómo te desplazas habitualmente?
¿Cómo afecta el diseño de tu entorno a tus desplazamientos?
¿Te aportaría beneficios personales la peatonalización de zonas cercanas a tu domicilio? ¿Y espacios verdes?
¿Por qué el greenwashing es un problema?
¿Cómo puedes contribuir personalmente a reducir el uso del coche?
¿Qué relación tiene el petróleo con el capitalismo y el coche?
¿Cómo puede el diseño urbano promover la movilidad sostenible?










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