Mucho más que marrón (1)

El color del suelo

¿De qué color dirías que es el suelo?

Obviamente, no me refiero al suelo de tu casa ni al de las aceras. Me refiero al color del suelo que encontramos en la naturaleza. El suelo que ves cuando paseas por el campo. 


Suelos con diferentes colores. Antonio Jordán/Imaggeo.


Lo que más hay en la tierra es paisaje. Por mucho que falte el resto, paisaje ha sobrado siempre, abundancia que sólo se explica por milagro infatigable, porque el paisaje es sin duda anterior al hombre y, a pesar de tanto existir, todavía no se ha acabado. Será porque constantemente muda: hay épocas del año en las que el suelo es verde, en otras amarillo, y luego castaño, o negro. Y también rojo, en algunos sitios, que es color de barro o de sangre sangrada.

José Saramago. Levantado del suelo (1980).


Muestras de suelo con diferentes colores de la provincia de Sevilla. Antonio Jordán/Imaggeo.


A menudo, el color del suelo se describe utilizando términos generales como “marrón” o “pardo”. Pero eso es porque vives en España. Si vivieras en otros lugares, seguramente dirías otras cosas como “rojo”, “negro”, “blanco” o “amarillo”. Echemos un ojo a los cómics. Cuando Francisco Ibáñez, por ejemplo, dibujaba a Mortadelo y Filemón caminando por el campo, lo hacía sobre un suelo marrón anaranjado. Hergé, en cambio, tendía a cubrir de hierba y vegetación cualquier sitio que Tintín visitaba (salvo el desierto o la Luna), pero es que Hergé era belga y estaba acostumbrado a ver hierba por todos sitios. Sí acertó con el color de posible origen volcánico de “La Isla Negra” (1943). Uderzo, el dibujante clásico encargado de dar vida a Astérix el Galo siempre coloreaba el suelo de color beige, ya se encontrase su personaje en la Galia o en la China. En definitiva, uno conoce el color del suelo, pero solo de aquél con el que estamos familiarizados.


Viñeta de Mortadelo y Filemón, de Francisco Ibáñez.


Hay excepciones. Otro belga garabatero, Morris, sí que solía aproximarse al color del suelo que pisaba Lucky Luke. En sus historias, el alemán Ralf König coloca a sus personajes en sitios tan dispares como el Lejano Oeste americano o la Palestina del siglo I, y suele acertar con el color del suelo. El español Paco Roca o el francés Moebius, a veces con paletas de colores muy simples, consiguen resultados muy razonables.

Cuando hablo de este tema por primera vez con mis estudiantes tengo la costumbre de ponerlos frente a una muestra de suelo y les pregunto cómo describirían su color. Normalmente, en pocos segundos obtengo una lista de nombres de colores que van desde el marrón oscuro hasta el rojo brillante. A veces llegamos rápidamente a un consenso (por ejemplo, “marrón amarillento”), pero en muchos casos encuentro denominaciones divertidas (la imaginación de los buenos alumnos puede ser desternillante), incluyendo particularidades elocuentes como “chocolate”, “teja”, “oro”, “café” y hasta “barriga de perro” 😉. Luego les enseño otra muestra de suelo con un color muy similar y les pido que digan cuál de ellas es más amarillenta, verde, marrón u oscura, cuál se ha formado bajo clima más seco, más frío o si se han originado en épocas geológicas diferentes. Aquí las discusiones pueden ser intensas y yo los dejo ir elucubrando y razonando 😊.


Desde el espacio, la Tierra parece predominantemente azul; las nubes son de un blanco brillante. Sorprendentemente, no se ve mucho verde, aunque Irlanda parece verde, al igual que Escandinavia y Nueva Zelanda. Los desiertos son de color rojo ladrillo y realmente destacan.

Helen Sharman, astronauta.


¿Por qué los científicos del suelo describen el color del suelo?

Una de las propiedades más comúnmente utilizadas por los científicos del suelo para describir y clasificar los horizontes del suelo es su color. El color del suelo depende de sus procesos químicos y biológicos y nos permite conocer algunas de sus características más importantes, como la composición mineral, la edad y los procesos biológicos, físicos y químicos que tienen lugar (como la alteración química o la acumulación de carbonatos o materia orgánica). La presencia de agua en el perfil del suelo durante largos períodos de tiempo también afecta al color del suelo como resultado de cambios en la intensidad de la oxidación o reducción de sus elementos minerales. Del mismo modo, junto con otras propiedades físicas, el color nos ayuda a diferenciar entre tipos de horizontes del mismo perfil o perfiles de suelo diferentes.


Mapa de colores del suelo del Parque María Luisa de Sevilla realizado por alumnos de la Facultad de Biología y la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica de la Universidad de Sevilla. Puedes consultar todos los detalles en Google Maps.


Cuando los científicos nos referimos al color del suelo, hay que tener en cuenta que el suelo no es un cuerpo homogéneo. Está dividido en diferentes horizontes como resultado de la alteración física y química de la roca y los procesos que puedan tener lugar, como el movimiento de sustancias hacia arriba o abajo y hasta el efecto de los organismos. Cada horizonte puede tener un color característico y homogéneo, aunque a veces no es así. 


El color del suelo nos cuenta una historia

El color del suelo está relacionado con su génesis y se utiliza como criterio para su clasificación. Las sustancias resultantes de la descomposición de los restos orgánicos (principalmente, las plantas) se oxidan y adquieren una coloración oscura. Por otro lado, algunas de estas sustancias pueden combinarse con sustancias minerales presentes en el suelo como consecuencia de la mineralización de materiales orgánicos o de la alteración química de la arcilla (como los óxidos de hierro).


Allí, según habían presumido, el arroyo paseaba sus aguas vivas y límpidas entre altas orillas de tierra rojiza, color que denunciaba la presencia de óxido de hierro. Este color hizo que se diera inmediatamente a la corriente de agua el nombre de Arroyo Rojo.

Julio Verne. La isla misteriosa (1875).


Después de las alteraciones físicas y químicas de la roca y los materiales aportados posteriormente durante la génesis del suelo, los materiales orgánicos e inorgánicos resultantes contribuyen al color de diferentes maneras y en distinto grado. Como resultado, el color es un producto de la interacción entre diferentes procesos físico-químicos y las condiciones ambientales. En los distintos sistemas de clasificación o evaluación del suelo, el color se utiliza como criterio para clasificar horizontes concretos (llamados horizontes de diagnóstico).


Los pequeños montones de suelo rojo son entradas de hormiguero, donde las hormigas han acumulado suelo extraído de horizontes más profundos. La diferencia de color muestra que los procesos químicos que ocurren en la superficie y en profundidad son muy diferentes. Antonio Jordán/Imaggeo.

A veces ocurre que en un mismo lugar, los colores cambian cada pocos centímetros o milímetros, evidenciando diferentes condiciones físico-químicas a escala muy pequeña. Estas diferencias pueden deberse al paso del agua, a la alteración de diferentes minerales o a la bioturbación.



Mosaico de colores en el material parental de suelos al norte de la provincia de Sevilla. Antonio Jordán/Imaggeo.


A nosotras, las mujeres indígenas, nos burlan los ladinos y los ricos por nuestra forma de vestir, de hablar, nuestra lengua, nuestra forma de rezar y de curar y por nuestro color, que somos el color de la tierra que trabajamos.

Comandanta Esther. Mensaje del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en el Congreso de la Unión. (2001) 


Los suelos cultivados, por ejemplo, a menudo tienen un color poco influenciado por la materia orgánica, ya que la contribución de los residuos orgánicos es mucho menor que en el caso de los suelos forestales (lo cual es lógico: las plantas que crecen en un suelo cultivado no vuelven a él como materia orgánica, sino que bien nos las comemos en ensalada o guarnición, bien se las come una vaca). Por lo tanto, en este caso, hallar diferencias físicas entre horizontes a causa del color es mucho más difícil, debiendo basarse en otras propiedades como la textura o la estructura.


Suelo cultivado en Isla Menor (Sevilla). Antonio Jordán/Imaggeo.


En la próxima entrada de este blog seguiremos hablando del color del suelo.

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