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Mostrando entradas de agosto, 2025

Caracoles, babosas, moco y suelo

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El suelo es un sistema dinámico cuya estructura depende de componentes minerales, orgánicos y biológicos. Entre los agentes biológicos destaca el moco de gasterópodos, un biopolímero natural rico en mucinas y polisacáridos que favorece la agregación del suelo. Este moco, además de facilitar la locomoción y protección de caracoles y babosas, actúa como cementante natural, uniendo partículas minerales y orgánicas, mejorando la porosidad, la retención de agua y la actividad microbiana. Aunque su estudio en edafología es incipiente, su comparación con otros biopolímeros como el moco cutáneo de lombrices sugiere un potencial agronómico considerable, desde la fertilidad hasta la sostenibilidad de los suelos.

Lo que te perdiste en G-Soil: segunda oportunidad

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G-Soil celebra su segundo aniversario con una recopilación muy especial: las entradas menos leídas del blog, pero no por ello menos valiosas. Lejos de ser errores o fracasos, estos textos poco visitados esconden historias sorprendentes que casi nadie leyó… todavía. Enfoques originales y reflexiones profundas sobre suelo, agricultura, alimentación, cambio climático o historia de la ciencia. Algunas surgieron de excursiones, de preguntas de estudiantes o de intereses personales, y todas merecen una segunda oportunidad. Esta selección invita a explorar lo que pasó desapercibido y a redescubrir el valor de lo olvidado. Porque en el conocimiento, como en el suelo, a menudo lo más interesante está bajo la superficie. Si, además, te apetece echar un vistazo a las entradas más leídas, las tienes recopiladas aquí .

Fuego, suelo, química y física

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Los incendios provocan profundos cambios físicos, químicos y biológicos en el suelo, dependiendo de la intensidad, duración y humedad durante el evento. El fuego altera la estructura del suelo, destruye la materia orgánica, genera cenizas que modifican el pH y puede formar compuestos como el black carbon o sustancias hidrofóbicas. A nivel físico, degrada los agregados, disminuye la porosidad y crea capas impermeables. La pérdida de nutrientes, especialmente nitrógeno, y la modificación de la capacidad de intercambio catiónico afectan la fertilidad y dificultan la recuperación ecosistémica. Estos impactos son mayores cuanto más severo y recurrente es el incendio.

Nota de prensa sobre la ola de incendios forestales de agosto de 2025

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Hoy comparto con vosotros una nota de prensa que recoge una entrevista que me han realizado recientemente para los medios de comunicación. Para quienes no estén familiarizados con el término, una nota de prensa es un documento informativo que se envía a periodistas y medios con el objetivo de comunicar noticias relevantes, logros, eventos o declaraciones de interés público. En el texto se explica cómo el cambio climático, junto con la acumulación de biomasa y el abandono del paisaje agrario, favorece el desarrollo de grandes incendios forestales de comportamiento impredecible y gran destructividad, incluyendo los de sexta generación, capaces de generar tormentas de fuego. Dada la imposibilidad de extinguirlos una vez desatados, se enfatiza la prevención mediante la gestión activa del territorio, la recuperación de la agricultura y ganadería, el uso de especies menos inflamables y planificación de paisajes resilientes. La clave: evitar grandes incendios a favor de fuegos de menor intens...

Régimen del fuego y gestión sostenible

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El fuego es un proceso natural que ha moldeado los ecosistemas mediterráneos durante millones de años, y muchas especies presentan adaptaciones específicas para sobrevivir o regenerarse tras incendios. En el Mediterráneo, la frecuencia e intensidad de los incendios dependen del clima (veranos secos, olas de calor, viento), el combustible vegetal (densidad, continuidad y abandono rural) y la actividad humana (igniciones accidentales o intencionadas). Los grandes incendios ocurren cuando coinciden condiciones extremas y vegetación continua. La gestión preventiva incluye generar paisajes heterogéneos, convivir con el fuego mediante quemas prescritas, reducir riesgos en áreas urbanas y rurales, conservar humedales y bosques refugio, restaurar con especies resistentes y mitigar el cambio climático, integrando ciencia, planificación y participación ciudadana.

Caca, nutrientes y agricultura

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Cada día, la humanidad genera cientos de millones de toneladas de heces, un subproducto invisibilizado pero cargado de nutrientes clave como nitrógeno, fósforo y carbono. Históricamente, culturas como la china y la japonesa reutilizaban los excrementos humanos como fertilizante, cerrando así el ciclo natural. Hoy, la industrialización y el urbanismo han roto ese ciclo, generando una “brecha metabólica” entre consumo y producción agrícola. Mientras el planeta sufre las consecuencias ecológicas de esta desconexión -como la eutrofización-, tecnologías como la digestión anaerobia y ejemplos actuales de aprovechamiento urbano demuestran que es posible revalorizar nuestras heces. Para ello, se necesita un cambio cultural que deje atrás el tabú y vea en los residuos un recurso valioso.

Lo más leído del blog: ciencia del suelo para pensar y compartir

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G-Soil acaba de cumplir dos años (🎂) y ha crecido gracias a una comunidad curiosa y comprometida. Esta entrada rinde homenaje a las publicaciones más leídas del blog, que han abordado temas como el cambio climático, la urbanización, la contaminación por plásticos, los colores del suelo o la historia de la edafología. Desde explicaciones didácticas hasta reflexiones sobre el impacto humano, estas entradas reflejan el interés por comprender mejor el suelo como recurso vital, patrimonio natural y clave del futuro sostenible. Si, además, te apetece dar una segunda oportunidad a las entradas menos leídas,  las tienes recopiladas aquí .

Tormentas de fuego

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Los incendios de sexta generación representan un fenómeno extremo y creciente vinculado al cambio climático, la acumulación de biomasa forestal y el abandono del paisaje agrario tradicional. Estos megaincendios, de comportamiento impredecible y efectos devastadores, superan la capacidad de extinción actual y generan procesos como tormentas de fuego, pirocúmulos y rayos que propagan el fuego de forma caótica. La clasificación por generaciones, desarrollada en la región mediterránea, permite entender la evolución de estos eventos y sus retos. La prevención pasa por una gestión activa del territorio, recuperación del mosaico agroforestal, y un cambio profundo en las políticas de ordenación del paisaje y en los sistemas de extinción.