Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2025

Desertificación y seguridad alimentaria

Imagen
El calentamiento global acelera la aridificación y la desertificación de los suelos, especialmente en regiones vulnerables como el Mediterráneo y España. La combinación de altas temperaturas, sequías prolongadas, erosión hídrica y sobreexplotación agrícola reduce la fertilidad del suelo, amenaza la biodiversidad y compromete la seguridad alimentaria. La desertificación no es solo un fenómeno ambiental, sino un problema social y económico que incrementa la pobreza, los conflictos y la migración forzada. La gestión sostenible del suelo, la selección de cultivos adaptados y la reducción de emisiones son claves para frenar este proceso.

¿Eso está rico?

Imagen
¿Qué influencia tienen los factores sociales, culturales y geográficos en las preferencias alimentarias? ¿Por qué unas sociedades prefieren unos alimentos y rechazan otros? Diferentes culturas adoptan alimentos específicos basados en tradiciones, religión y el entorno, mientras que otros alimentos pueden ser tabú. Además, las prácticas alimenticias reflejan identidad cultural y cohesión social, y son moldeadas desde la infancia a través de la educación y la crianza. La educación y el entorno moldean las dietas desde una edad temprana, creando diferencias marcadas en las preferencias alimenticias a nivel global.

Inseguridad alimentaria y cambio climático

Imagen
La inseguridad alimentaria global se ve intensificada por un triángulo crítico: cambio climático, degradación de suelos y volatilidad en los cultivos. ¿Cómo afecta el cambio climático a los precios de los alimentos? El aumento de temperaturas y sequías extremas amenaza la producción agrícola, dispara los precios y pone en riesgo la seguridad alimentaria. El caso de alimentos básicos de importancia mundual como la soja, el maíz, el aceite de oliva o el cacao muestran cómo las cosechas son cada vez más vulnerables al calentamiento global.

Prevenir, restaurar y convivir con el fuego

Imagen
Los incendios forman parte natural del paisaje mediterráneo desde hace millones de años y han moldeado su biodiversidad. Sin embargo, el cambio climático, el abandono rural y la acumulación de biomasa han incrementado la frecuencia e intensidad de los grandes incendios forestales. Frente a las políticas de “tolerancia cero”, la gestión sostenible pasa por crear paisajes en mosaico, recuperar agricultura y pastoreo, aplicar quemas prescritas, proteger bosques maduros y humedales, y fomentar la regeneración natural con especies resilientes. Aprender a convivir con el fuego, en lugar de eliminarlo, es clave para la conservación y adaptación al nuevo contexto climático. Este artículo fue publicado originalmente en  The Conversation  bajo licencia CC BY-ND 4.0 . Lea el  original .

Nuevo clima, nuevos incendios, nuevas soluciones

Imagen
Hace poco fui entrevistado en el diario El Español a propósito de la ola de incendios que ha asolado España durante el verano. El resultado se publicó y está disponible aquí . Antes de publicarse, este tipo de textos son editados y censurados recortados con propósitos, supongamos, estrictamente de espacio de papel en la edición impresa o de bits en la edición en línea, nunca por motivos políticos en medios tan serios y no hay nada más que decir (😏). Yo, encantado de que me escuchen. En cualquier caso, como el texto original de la entrevista fue algo más larga que la versión publicada, me permito colgar aquí el texto original, porque, a mi modo de ver, lo que se quedó por el camino es tan interesante como lo que sí llegó. El texto  censurado  recortado aparece a continuación  en color . ◼  Antonio Jordán López Deberíamos dejar de hablar de cambio climático y referirnos al nuevo clima Quema prescrita en el área de El Berrocal, cerca de Almadén de la Plata (Sev...

Incendios forestales: causas, efectos y estrategias

Imagen
Los incendios forestales son fenómenos complejos condicionados por el cambio climático, el relieve, la vegetación y las actividades humanas. El aumento de temperaturas, la sequía, la acumulación de combustible vegetal y la expansión urbana elevan el riesgo de incendios, especialmente en zonas mediterráneas y de difícil acceso. El relieve afecta a los vientos y la propagación del fuego, mientras que la actividad humana es responsable directa o indirecta de muchas igniciones. Aunque el cambio climático ha incrementado la frecuencia y gravedad de los incendios, una gestión forestal basada en la conservación de bosques maduros y biodiversos puede reducir su impacto. Fomentar la resiliencia ecológica, evitar la simplificación de ecosistemas y limitar la ocupación del territorio en zonas de riesgo son claves para una gestión sostenible del paisaje.