Entradas

Entrada más reciente:

¿Eso está rico?

Imagen
¿Qué influencia tienen los factores sociales, culturales y geográficos en las preferencias alimentarias? ¿Por qué unas sociedades prefieren unos alimentos y rechazan otros? Diferentes culturas adoptan alimentos específicos basados en tradiciones, religión y el entorno, mientras que otros alimentos pueden ser tabú. Además, las prácticas alimenticias reflejan identidad cultural y cohesión social, y son moldeadas desde la infancia a través de la educación y la crianza. La educación y el entorno moldean las dietas desde una edad temprana, creando diferencias marcadas en las preferencias alimenticias a nivel global.

Inseguridad alimentaria y cambio climático

Imagen
La inseguridad alimentaria global se ve intensificada por un triángulo crítico: cambio climático, degradación de suelos y volatilidad en los cultivos. ¿Cómo afecta el cambio climático a los precios de los alimentos? El aumento de temperaturas y sequías extremas amenaza la producción agrícola, dispara los precios y pone en riesgo la seguridad alimentaria. El caso de alimentos básicos de importancia mundual como la soja, el maíz, el aceite de oliva o el cacao muestran cómo las cosechas son cada vez más vulnerables al calentamiento global.

Prevenir, restaurar y convivir con el fuego

Imagen
Los incendios forman parte natural del paisaje mediterráneo desde hace millones de años y han moldeado su biodiversidad. Sin embargo, el cambio climático, el abandono rural y la acumulación de biomasa han incrementado la frecuencia e intensidad de los grandes incendios forestales. Frente a las políticas de “tolerancia cero”, la gestión sostenible pasa por crear paisajes en mosaico, recuperar agricultura y pastoreo, aplicar quemas prescritas, proteger bosques maduros y humedales, y fomentar la regeneración natural con especies resilientes. Aprender a convivir con el fuego, en lugar de eliminarlo, es clave para la conservación y adaptación al nuevo contexto climático. Este artículo fue publicado originalmente en  The Conversation  bajo licencia CC BY-ND 4.0 . Lea el  original .

Nuevo clima, nuevos incendios, nuevas soluciones

Imagen
Hace poco fui entrevistado en el diario El Español a propósito de la ola de incendios que ha asolado España durante el verano. El resultado se publicó y está disponible aquí . Antes de publicarse, este tipo de textos son editados y censurados recortados con propósitos, supongamos, estrictamente de espacio de papel en la edición impresa o de bits en la edición en línea, nunca por motivos políticos en medios tan serios y no hay nada más que decir (😏). Yo, encantado de que me escuchen. En cualquier caso, como el texto original de la entrevista fue algo más larga que la versión publicada, me permito colgar aquí el texto original, porque, a mi modo de ver, lo que se quedó por el camino es tan interesante como lo que sí llegó. El texto  censurado  recortado aparece a continuación  en color . ◼  Antonio Jordán López Deberíamos dejar de hablar de cambio climático y referirnos al nuevo clima Quema prescrita en el área de El Berrocal, cerca de Almadén de la Plata (Sev...

Incendios forestales: causas, efectos y estrategias

Imagen
Los incendios forestales son fenómenos complejos condicionados por el cambio climático, el relieve, la vegetación y las actividades humanas. El aumento de temperaturas, la sequía, la acumulación de combustible vegetal y la expansión urbana elevan el riesgo de incendios, especialmente en zonas mediterráneas y de difícil acceso. El relieve afecta a los vientos y la propagación del fuego, mientras que la actividad humana es responsable directa o indirecta de muchas igniciones. Aunque el cambio climático ha incrementado la frecuencia y gravedad de los incendios, una gestión forestal basada en la conservación de bosques maduros y biodiversos puede reducir su impacto. Fomentar la resiliencia ecológica, evitar la simplificación de ecosistemas y limitar la ocupación del territorio en zonas de riesgo son claves para una gestión sostenible del paisaje.

Caracoles, babosas, moco y suelo

Imagen
El suelo es un sistema dinámico cuya estructura depende de componentes minerales, orgánicos y biológicos. Entre los agentes biológicos destaca el moco de gasterópodos, un biopolímero natural rico en mucinas y polisacáridos que favorece la agregación del suelo. Este moco, además de facilitar la locomoción y protección de caracoles y babosas, actúa como cementante natural, uniendo partículas minerales y orgánicas, mejorando la porosidad, la retención de agua y la actividad microbiana. Aunque su estudio en edafología es incipiente, su comparación con otros biopolímeros como el moco cutáneo de lombrices sugiere un potencial agronómico considerable, desde la fertilidad hasta la sostenibilidad de los suelos.

Lo que te perdiste en G-Soil: segunda oportunidad

Imagen
G-Soil celebra su segundo aniversario con una recopilación muy especial: las entradas menos leídas del blog, pero no por ello menos valiosas. Lejos de ser errores o fracasos, estos textos poco visitados esconden historias sorprendentes que casi nadie leyó… todavía. Enfoques originales y reflexiones profundas sobre suelo, agricultura, alimentación, cambio climático o historia de la ciencia. Algunas surgieron de excursiones, de preguntas de estudiantes o de intereses personales, y todas merecen una segunda oportunidad. Esta selección invita a explorar lo que pasó desapercibido y a redescubrir el valor de lo olvidado. Porque en el conocimiento, como en el suelo, a menudo lo más interesante está bajo la superficie. Si, además, te apetece echar un vistazo a las entradas más leídas, las tienes recopiladas aquí .

Fuego, suelo, química y física

Imagen
Los incendios provocan profundos cambios físicos, químicos y biológicos en el suelo, dependiendo de la intensidad, duración y humedad durante el evento. El fuego altera la estructura del suelo, destruye la materia orgánica, genera cenizas que modifican el pH y puede formar compuestos como el black carbon o sustancias hidrofóbicas. A nivel físico, degrada los agregados, disminuye la porosidad y crea capas impermeables. La pérdida de nutrientes, especialmente nitrógeno, y la modificación de la capacidad de intercambio catiónico afectan la fertilidad y dificultan la recuperación ecosistémica. Estos impactos son mayores cuanto más severo y recurrente es el incendio.

Nota de prensa sobre la ola de incendios forestales de agosto de 2025

Imagen
Hoy comparto con vosotros una nota de prensa que recoge una entrevista que me han realizado recientemente para los medios de comunicación. Para quienes no estén familiarizados con el término, una nota de prensa es un documento informativo que se envía a periodistas y medios con el objetivo de comunicar noticias relevantes, logros, eventos o declaraciones de interés público. En el texto se explica cómo el cambio climático, junto con la acumulación de biomasa y el abandono del paisaje agrario, favorece el desarrollo de grandes incendios forestales de comportamiento impredecible y gran destructividad, incluyendo los de sexta generación, capaces de generar tormentas de fuego. Dada la imposibilidad de extinguirlos una vez desatados, se enfatiza la prevención mediante la gestión activa del territorio, la recuperación de la agricultura y ganadería, el uso de especies menos inflamables y planificación de paisajes resilientes. La clave: evitar grandes incendios a favor de fuegos de menor intens...

Régimen del fuego y gestión sostenible

Imagen
El fuego es un proceso natural que ha moldeado los ecosistemas mediterráneos durante millones de años, y muchas especies presentan adaptaciones específicas para sobrevivir o regenerarse tras incendios. En el Mediterráneo, la frecuencia e intensidad de los incendios dependen del clima (veranos secos, olas de calor, viento), el combustible vegetal (densidad, continuidad y abandono rural) y la actividad humana (igniciones accidentales o intencionadas). Los grandes incendios ocurren cuando coinciden condiciones extremas y vegetación continua. La gestión preventiva incluye generar paisajes heterogéneos, convivir con el fuego mediante quemas prescritas, reducir riesgos en áreas urbanas y rurales, conservar humedales y bosques refugio, restaurar con especies resistentes y mitigar el cambio climático, integrando ciencia, planificación y participación ciudadana.

Caca, nutrientes y agricultura

Imagen
Cada día, la humanidad genera cientos de millones de toneladas de heces, un subproducto invisibilizado pero cargado de nutrientes clave como nitrógeno, fósforo y carbono. Históricamente, culturas como la china y la japonesa reutilizaban los excrementos humanos como fertilizante, cerrando así el ciclo natural. Hoy, la industrialización y el urbanismo han roto ese ciclo, generando una “brecha metabólica” entre consumo y producción agrícola. Mientras el planeta sufre las consecuencias ecológicas de esta desconexión -como la eutrofización-, tecnologías como la digestión anaerobia y ejemplos actuales de aprovechamiento urbano demuestran que es posible revalorizar nuestras heces. Para ello, se necesita un cambio cultural que deje atrás el tabú y vea en los residuos un recurso valioso.

Lo más leído del blog: ciencia del suelo para pensar y compartir

Imagen
G-Soil acaba de cumplir dos años (🎂) y ha crecido gracias a una comunidad curiosa y comprometida. Esta entrada rinde homenaje a las publicaciones más leídas del blog, que han abordado temas como el cambio climático, la urbanización, la contaminación por plásticos, los colores del suelo o la historia de la edafología. Desde explicaciones didácticas hasta reflexiones sobre el impacto humano, estas entradas reflejan el interés por comprender mejor el suelo como recurso vital, patrimonio natural y clave del futuro sostenible. Si, además, te apetece dar una segunda oportunidad a las entradas menos leídas,  las tienes recopiladas aquí .

Tormentas de fuego

Imagen
Los incendios de sexta generación representan un fenómeno extremo y creciente vinculado al cambio climático, la acumulación de biomasa forestal y el abandono del paisaje agrario tradicional. Estos megaincendios, de comportamiento impredecible y efectos devastadores, superan la capacidad de extinción actual y generan procesos como tormentas de fuego, pirocúmulos y rayos que propagan el fuego de forma caótica. La clasificación por generaciones, desarrollada en la región mediterránea, permite entender la evolución de estos eventos y sus retos. La prevención pasa por una gestión activa del territorio, recuperación del mosaico agroforestal, y un cambio profundo en las políticas de ordenación del paisaje y en los sistemas de extinción.

Sombra, roca y fósiles vivientes

Imagen
Psilotum nudum es una planta vascular primitiva, considerada un fósil viviente, que sobrevive en grietas húmedas del Parque Natural de Los Alcornocales, en Cádiz. Su presencia en Europa es extremadamente limitada, restringida a unas pocas localizaciones andaluzas con condiciones microclimáticas estables y baja perturbación humana. Este helecho sin raíces ni hojas verdaderas mantiene una relación simbiótica con hongos micorrícicos, lo que le permite absorber nutrientes en suelos pobres. Actúa como bioindicador de calidad ambiental, ya que solo prospera en ecosistemas bien conservados. Clasificada como especie en "peligro crítico", su conservación requiere medidas urgentes como microreservas, reproducción asistida y seguimiento genético. Su morfología minimalista refleja una evolución por reducción funcional, no por permanencia ancestral, lo que lo convierte en un testimonio vivo del tiempo profundo vegetal.

Bosque, clima y agua

Imagen
Aunque España ha incrementado notablemente su superficie arbolada en las últimas décadas, la salud de sus masas forestales, especialmente de los boques maduros, está en declive por el estrés climático. La defoliación afecta a un número creciente de árboles, especialmente en regiones mediterráneas, donde especies como encinas, pinos y alcornoques muestran signos de debilitamiento. A pesar de precipitaciones puntuales, muchas masas forestales no logran recuperarse, y se documentan fenómenos de mortalidad progresiva. Los bosques maduros muestran mayor resiliencia frente a incendios y sequías, pero representan una mínima parte del total. Incluso en parques nacionales se observa un fuerte deterioro. Para garantizar la sostenibilidad forestal, se requiere una gestión forestal adaptativa basada en la reducción de densidades, la diversificación estructural y el acompañamiento ecológico de los procesos naturales.

Fuego, clima y biodiversidad

Imagen
Los incendios forestales son una perturbación ecológica cuya recurrencia y distribución global están determinadas por factores climáticos, vegetación y uso del suelo. Desde el Devónico, la presencia de oxígeno y combustible vegetal ha permitido incendios recurrentes que han influido en la evolución de ecosistemas y especies. Zonas como la cuenca mediterránea, California, Chile central o Australia presentan incendios frecuentes debido a su clima seco y cálido. El abandono agrícola, la tala descontrolada y la supresión de incendios alteran la estructura del combustible y aumentan el riesgo. Además, el cambio climático y los cambios de uso del suelo intensifican la frecuencia e impacto del fuego, afectando la biodiversidad, la genética de las especies y la degradación del suelo. En algunos ecosistemas adaptados al fuego, la supresión puede tener efectos negativos.

La vida bajo tierra

Imagen
El suelo alberga una vasta y compleja red de organismos vivos, desde microorganismos hasta pequeños vertebrados, cuya diversidad y funciones ecológicas resultan esenciales para el funcionamiento de los ecosistemas terrestres. Clasificados funcionalmente por su tamaño en microbiota, mesobiota y macrobiota, estos organismos participan en procesos clave como el reciclaje de nutrientes, la regulación del ciclo del carbono, la formación de la estructura del suelo y la mejora de su fertilidad. Su distribución es espacialmente heterogénea y está condicionada por factores fisicoquímicos, ambientales y antrópicos, como el uso agrícola o los incendios forestales. La biodiversidad del suelo constituye una frontera científica emergente con profundas implicaciones en la sostenibilidad, el cambio climático y la conservación de los recursos naturales.

Megaincendios y cambio climático

Imagen
Los megaincendios representan una nueva realidad en el contexto del cambio climático. Se caracterizan por su gran extensión, intensidad y dificultad para ser controlados, desbordando las estrategias convencionales de extinción. Su frecuencia aumenta en un clima más cálido y seco, potenciado por fenómenos como El Niño y prácticas humanas insostenibles. Estos incendios generan enormes pérdidas ecológicas, sociales y económicas, como muestran casos recientes en España. Aunque el fuego ha sido históricamente una herramienta de gestión de ecosistemas, los incendios actuales exigen una revisión urgente de las políticas forestales y una apuesta por enfoques sostenibles.

Vísceras, frutas y cocina molecular: ¿qué comemos y por qué?

Imagen
Frente a lo que pueda parecer, las elecciones alimentarias no son arbitrarias, sino que responden a una lógica donde se evalúan los costes y beneficios nutricionales, económicos y culturales. Frutas y verduras frescas, así como ciertas vísceras ricas en nutrientes, son alimentos preferidos o evitados según el contexto social, sanitario y personal. Factores como el temor a enfermedades, las normas culturales o el acceso económico determinan su aceptación. Además, prácticas modernas como la cocina molecular plantean debates sobre la transparencia y los límites de la innovación culinaria. En última instancia, la selección de alimentos refleja una búsqueda de eficiencia y sentido práctico.

Cultivar sin destruir: agricultura regenerativa

Imagen
La agricultura regenerativa propone restaurar activamente la salud del suelo y los ecosistemas agrícolas mediante prácticas como la siembra directa, los cultivos de cobertura, la rotación de cultivos, la integración del ganado y el uso de abonos orgánicos. Esta estrategia mejora la fertilidad, promueve la biodiversidad y contribuye a mitigar el cambio climático mediante el secuestro de carbono. Su aplicación debe adaptarse a las condiciones locales, y su expansión requiere apoyo institucional, estandarización de metodologías y políticas públicas eficaces. La agricultura regenerativa emerge así como una herramienta clave para construir sistemas alimentarios resilientes y sostenibles.