Los cimientos microscópicos del suelo (3): la arcilla y los X-Men
Como hemos visto , las arcillas son partículas muy pequeñas (menos de 2 μm de diámetro) formadas por láminas de filosilicatos. Por esto mismo, no se trata de partículas más o menos esféricas, sino de láminas que, a su vez, se "pegan" unas a otras. Los X-Men y las arcillas tienen más en común de lo que parece: ambos deben su diversidad a mutaciones estructurales. En los cómics, los mutantes poseen alteraciones en su gen X, mientras que las arcillas presentan sustituciones isomórficas que generan cargas eléctricas permanentes. Estas cargas determinan su capacidad de intercambio catiónico, afectando la fertilidad del suelo. Además, los bordes de las láminas pueden ganar o perder protones, generando cargas variables dependientes del pH. En definitiva, tanto los mutantes como las arcillas revelan su poder interior gracias a pequeñas imperfecciones.